La pandemia acentúa la precarización laboral (y en especial el trabajo de las mujeres)

La pandemia acentúa la precarización laboral (y en especial el trabajo de las mujeres)

Boletín DeBajada #1

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Ha pasado un año y medio desde que la pandemia del covid-19 se convirtió en centro de atención del mundo entero. Millones de personas han fallecido a causa del virus y miles de millones han visto empeorar sus condiciones de vida por la crisis que se ha desatado como consecuencia de un mundo que organiza la actividad económica en torno a los intereses económicos de una minoría y no para el cuidado de las personas y, en general, de toda forma de vida existente en el planeta.

Lxs trabajadorxs que antes de la pandemia ya tenían trabajos precarios, ahora están en una situación aún más delicada. Ni que decir en países como Bolivia, en los que el trabajo informal rondaba el 70% al finalizar el 2019. La gran mayoría de lxs mismxs vive del día y no cuentan con ningún tipo de seguridad social. Los procesos de confinamiento se han vuelto insostenibles para una gran parte de la población, la cual se ha visto empujada hacia un perverso dilema: virus o hambre.

Pero no solo esto, según datos de distintas instituciones que investigan sobre el mundo del trabajo -como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a nivel mundial, o el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), en Bolivia, así como diversos colectivos feministas-, están siendo las mujeres trabajadoras las que reciben lapeor parte de esta crisis.

Paradójicamente son los trabajos de cuidado –realizados principalmente por mujeres–,los que están quedando relegados a un segundo plano en las prioridades de la política pública; siendo que las actividades de cuidado se presentan como esenciales en una contingencia sanitaria como la que se vive en la actualidad.

En este sentido, en la ciudad de Cochabamba, 235 mujeres dedicadas al cuidado de niñxs de sectores populares se quedaron –desde hace ya un año– sin una fuente de ingresos, financiamiento que provenía del gobierno municipal y departamental. Estas instituciones argumentan que ello es consecuencia de la pandemia; sin embargo, en diálogo con estas mujeres es posible entrever que los trabajos de cuidado nunca fueron una prioridad para dichas instituciones.